SALUDO EN EL DÍA DE LOS TRABAJADORES Y TRABAJADORAS

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EN LA HORA DE LOS GRANDES DESAFÍOS Y DE LAS GRANDES DEFINICIONES
Compañeras y compañeros, hoy nos encontramos conmemorando un nuevo Día del Trabajador, lo que nos motiva
a entregarles un saludo fraternal y un sincero reconocimiento al aporte que cada uno de ustedes realiza para
mantener a nuestro Sindicato como una entidad sólida y potente, como el Sindicato más grande y fuerte de la
minería y del quehacer productivo en general del país.
Yendo más allá de nuestro metro cuadrado, en esta fecha en que nos debiéramos sentir plenos de legítima alegría
y orgullo, el periodo que vivimos nos obliga a apartarnos de estos válidos sentimientos y a poner nuestros ojos y
preocupación en la hora presente.
La crisis detonada por pandemia del Coronavirus en todos los aspectos de nuestras vidas; las catástrofes desatadas
por del calentamiento global y cambio climático, y las grandes movilizaciones sociales desencadenadas a partir
del estallido social de octubre de 2019, nos ponen a todos ante una complejísima realidad que nos desafía y
empuja a asumir definiciones y a adoptar posiciones que hace poco más 2 años ni siquiera imaginábamos.
Caracterizan la hora presente el hambre y el desempleo, así como las infecciones y muertes provocadas por el
virus, especialmente en los sectores más modestos de nuestra clase trabajadora, a lo que se suma un gobierno y
una oposición política inoperantes, ineficientes y egoístas que solo atinan a reaccionar a medias, tardía y
pobremente en base a las encuestas y a las protestas incendiarias en las poblaciones, a lo que se añade un
empresariado, nacional y trasnacional, que impone sus condiciones e intereses para mantener sus egoístas y
usurpadoras ganancias y privilegios.
Querámoslo o no, los cambios en todos los ámbitos de nuestras vidas partieron ya, y todo indica que esta marea
transformadora no tiene fuerza opuesta capaz de detenerla.
Por más de 30 años, quienes controlan y administran el poder político y económico se opusieron a realizar cambios
de fondo, y hoy vemos que han puesto en juego hasta la institucionalidad neoliberal que sustenta sus privilegios
y da base a su dominio, siéndoles imposible impedir que los trabajadores echemos mano a nuestros recursos en
las AFP, así como también viéndose obligados a tramitar en el Congreso leyes y mociones destinadas a fijar
mayores impuestos a la industria del cobre y de la minería, así como para extraerle una parte de la gigantesca
torta a las grandes fortunas del país, a los súper ricos, a los que el año pasado veían crecer sus fortunas hasta en
un 70 por ciento, mientras que los trabajadores se quedaban sin empleo ni ingresos.
También son imparables los planes que en el mundo se desarrollan, para dejar de usar combustibles fósiles y dar
curso a la llamada energía verde, en que el cobre tiene una demanda y un uso intensivos. De allí que los más
influyentes analistas de mercado y de los bancos de inversiones, den por sentado que el cobre tendrá una
demanda gigantesca y sostenida hasta al menos el año 2050, con niveles de precios que llegarían a superar los 7
dólares la libra.
Por ello es que en este día, a punto de iniciar nuestra negociación colectiva, es preciso que iniciemos un proceso
de reflexión en torno a nuestro porvenir y al de la clase trabajadora, ya que así como siempre hemos estado
llamados a fijar las condiciones para las negociaciones de los sindicatos hermanos, hoy nos vemos desafiados a
rescatar el legado de los mártires de Chicago, de los compañeros masacrados en la Escuela Santa María, en la
salitrera La Coruña, en la Plaza Colón o en El Salvador, para señalar el rumbo que nos lleve a terminar con los
abusos, atropellos e injusticias que aún priman en el mundo del trabajo y para provocar los cambios que restituyan
la dignidad y el respeto que todo trabajador y trabajadora merece

DIRECTORIO DEL SINDICATO N°1 DE TRABAJADORES DE MINERA ESCONDIDA